Ambas son buenas opciones, aunque por lo general la cianocobalamina destaca porque tiene más estudios y conocemos mejor su funcionamiento, dosis y seguridad. La Metylcobalamina es igualmente útil, y es muy interesante para la población fumadora o susceptible al consumo de cianuro, ya que la cianocobalamina tiene una dosis ínfima e insignificante, pero en estas personas se recomienda evitarla.